
El cuenco tibetano verde resuena con la vibración del Chakra del Corazón (Anahata), el centro energético del amor, la compasión y la sanación. Este cuenco no solo emana un tono profundo y envolvente, sino que también irradia la energía del color verde, símbolo de equilibrio y renovación. Al activarlo, te invita a abrir tu corazón, a sanar viejas heridas y a cultivar una profunda conexión con el amor incondicional, tanto hacia ti mismo como hacia los demás. Es el aliado perfecto para quienes buscan armonizar sus emociones y alcanzar un estado de paz interior.