El simple acto de emitir un canto suave, amoroso con el deseo de aportar de forma benéfica a las personas que están a nuestro alrededor se constituye en una sesión de sonoterapia. Actualmente es muy común ver como se añaden distintos elementos a estás sesiones, tales como cuencos de cuarzo, cuencos tibetanos, discos gong´s, campanas de viento, tambores chamánicos y todo otro elemento que produzca sonido y/o enriquezca el ambiente, donde podemos sumar humidificadores, inciensos, aceites aromáticos y mucho más.
El simple acto de emitir un canto suave, amoroso con el deseo de aportar de forma benéfica a las personas que están a nuestro alrededor se constituye en una sesión de sonoterapia. Actualmente es muy común ver como se añaden distintos elementos a estás sesiones, tales como cuencos de cuarzo, cuencos tibetanos, discos gong´s, campanas de viento, tambores chamánicos y todo otro elemento que produzca sonido y/o enriquezca el ambiente, donde podemos sumar humidificadores, inciensos, aceites aromáticos y mucho más.
